El acuerdo promovido por China denominado RCEP (Asociación Económica Integral Regional) une el Pacífico y Oceanía incluyendo los diez miembros de la Asean (Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático), además de China, Japón, Corea del sur, Australia y Nueva Zelanda.
El mayor trato de libre comercio del mundo fue firmado virtualmente el pasado 15 de noviembre del 2020 en Vietnam, tras ocho años de negociaciones. Por primera vez, los tres grandes actores económicos estarán unidos en un tratado multilateral.
El acuerdo se creó con el objetivo de reducir aranceles –se estima que se eliminarán el 92% de las barreras arancelarias- y simplificar la burocracia a la hora de comerciar entre los países del bloque. El comercio mundial que agrupan los miembros del RCEP representa el 28%, conformado por 2.200 millones de personas, -cerca de un tercio de la población mundial-, equivalente al 30% del PIB global, teniendo en cuenta que la riqueza de los países firmantes asciende a unos 22,14 billones de euros.
El acuerdo también aborda asuntos como la economía digital, la propiedad intelectual, las inversiones y la uniformización de reglas administrativas. Esta iniciativa cobra vida ante la necesidad de dar respuesta a las dificultades ocasionadas por la pandemia, como dijo el primer ministro de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc “El acuerdo contribuirá a desarrollar las cadenas de valor destruidas por la Covid-19”.
Esta apuesta al multilateralismo comercial tiene clara incidencia política en el marco de la creciente competencia entre Estados Unidos y China, donde éste último consigue un importante avance comercial en medio de la transacción de poder en Estados Unidos. Donald Trump, abandonó otro tratado en la zona, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), dejando de facto el terreno libre para que China extienda su liderazgo e intensifique una globalización regional.
En definitiva, un nuevo actor político-económico sale a la luz en el mundo con China como protagonista central.