Tras el levantamiento del embargo comercial anunciado y ejecutado en enero de 2016 (en especial, mediante la Orden Ejecutiva 13716 de EEUU), el mercado iraní queda abierto para las empresas europeas. Sin embargo, para hacer negocios dentro del marco legal existente, es necesario tomar una serie de precauciones debido a que, a pesar del levantamiento de una gran parte de sanciones, Office of Foreign Assets Control (del Department of the Treasury de EEUU) mantiene todavía un “listado negro” en el que se relacionan personas y entidades con las que no se puede entablar negocios.
Por lo tanto, para todas y cada una de las operaciones, es necesario averiguar que los beneficiarios de la misma no se encuentren en este listado restringido.
Actualmente, debido a que el “black list” confeccionado por EEUU afecta en mayor medida a las empresa norteamericanas, por imponer mayores restricciones a las entidades financieras de EEUU, esto supone una ventaja para las empresas europeas que no mantienen vínculos directos con estas entidades financieras.