Este pasado 16 de Junio se promulgó la Ley que regulará las inversiones extranjeras en Chile, cuyo cambio fundamental con la normativa anterior en este sentido, es que se pretende establecer una estrategia activa a la hora de atraer capitales extranjeros.
La nueva ley, reconoce la garantía de acceso al mercado cambiario formal y de remesa del capital y utilidades, la no discriminación arbitraria y la exención del impuesto a las ventas y servicios a las importaciones de bienes de capital.
La nueva institucionalidad se complementa con una Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera, que tendrá por misión implementar la política estatal de modo de atraer el ingreso de todo tipo de capitales e inversiones extranjeras al país, actuando como organismo autorizado para ese efecto y coordinando los esfuerzos de los gobiernos regionales al respecto.
Hasta ahora, la normativa respecto a la inversión extranjera en Chile estaba recogida en el Decreto Ley nº 600 o también denominado DL 600, a través del cual los inversionistas suscriben un contrato con el Estado, recibiendo múltiples beneficios, entre los que destaca la protección de los capitales ante posibles restricciones de salida del país y la invariabilidad tributaria.
Esta herramienta será eliminada a partir de enero de 2016, en línea con los cambios implementados por la reforma tributaria aprobada en septiembre. No obstante se ha optado por un régimen transitorio para sustituir el DL 600, que dará la posibilidad a las empresas de firmar contratos con invariabilidad tributaria hasta 2020.
La nueva ley de inversiones extranjeras también regula los efectos de los contratos celebrados durante la vigencia del DL 600, de forma de asegurar la plena vigencia de los derechos y deberes que hayan adquirido los inversionistas extranjeros bajo ese régimen legal.
Chile en la actualidad está consolidado como uno de los países más atractivos para la inversión extranjera de Latinoamérica.
La estabilidad macroeconómica, progresivo crecimiento y el bajo nivel de riesgo hacen parte de los factores más prometedores de la economía chilena. El país es el primer importador de Latinoamérica por habitante, y goza de una excelente solvencia. Los actores económicos chilenos disponen del poder adquisitivo más alto de Sudamérica.
El sector de la energía renovable está destacándose entre los sectores que más inversión extranjera reciben, pues ofrecen al inversor directo extranjero una gran rentabilidad, así como lo ofrecen los proyectos de desarrollo limpio, consultoría ambiental y tratamiento de aguas y residuos.
Otros sectores propicios para la inversión, están relacionados con las TIC, la logística, la distribución, la seguridad privada, la construcción, el turismo, los servicios empresariales y financieros así como los campos de la salud y el bienestar.