Debido a la pandemia causada por la COVID-19, las relaciones laborales y profesionales han tenido que adaptarse a las restricciones de movilidad, a las pruebas PCR, a las videoconferencias y al teletrabajo.
Las costumbres en ciertas profesiones específicas, tales como los investigadores acostumbrados a viajar al país de destino del cual desarrollaban su trabajo junto con el resto del equipo del proyecto concreto dentro del marco de un contrato regido por las normas del país de desplazamiento, se han visto modificadas obligándoles a desarrollar el proyecto des de su domicilio habitual en país de origen.
Muchos de estos contratos acababan conllevando un cambio de residencia fiscal para los investigadores que los realizaban que debían cumplir las normas fiscales del país de destino.
En la actualidad, estas prestaciones de servicios se han venido desarrollando des del domicilio del país de origen, vinculado a un contrato de prestación de servicios del país des del que se desarrolla el proyecto (en el extranjero) que, independientemente de las obligaciones que dicho contrato pueda tener en el territorio de destino, implicando obligaciones tanto fiscales como laborales en el país de origen. Hay que analizar caso a caso, pero en determinados casos puede ser necesario que el profesional se dé de alta como Autónomo y facture por dichos servicios en el país de origen.
En Feliu estamos a su disposición para analizar el caso concreto y ofrecerle las soluciones que más se adapten a su situación.